El espacio fue diseñado con dos enfoques: uno acogedor con cocina visible para ver la preparación de la pizza, y otro industrial, utilizando hormigón y tuberías en las terminaciones. Se crearon tres ambientes diferentes para adaptarse a diversas experiencias de consumo: íntimo para familias o grupos pequeños, con techos más bajos y madera amarilla; compartido, con mesas altas para fomentar la interacción; y flexible, con butacas grandes y mesas reorganizables.

Se emplearon estructuras de acero para ligereza visual y vigas de roble para robustez. La fachada en Av Providencia fue diseñada para atraer clientes con iluminación diferenciada y una barra visible desde el exterior, destacando la experiencia de disfrutar una pizza.